Filosofía y Espiritualidad

CONEXIÓN entre NUESTRA REALIDAD (MAYA) y  EL MÁS ALLÁ (OTRAS DIMENSIONES/NO FÍSICAS)=

Resumen esquemático realizado por Jordi Guasch  spritermes@gmail.com

 

 

1-NUESTRA REALIDAD (MAYA):

 

                La Consciencia (Infinita) utiliza un vehículo más denso (Alma) para experimentar en una dimensión física, material. El Espíritu pues, ocupa un cuerpo.

         Nuestra Percepción en este mundo tridimensional se ajusta a:

                       a)-Espacio Limitado.     b)-Tiempo Lineal.

 

        La Reencarnación existe; siguiendo un proceso lineal para dar sentido de progreso; para que el Alma evolucione.

El alma evolucionada en Maya (Fin del “Samsara”= Iluminación) logra lo siguiente:

 

1)-Paz Profunda.

2)-Fin del apego a cualquier deseo. Fin del Deseo, no la voluntad de aportar algo positivo.

3)-Percepción espiritual que trasciende lo mental y lo emocional (2 hemisferios cerebrales).

4)-Sabiduría: Conocimiento que contiene las cualidades humanas.

5)-Amor Incondicional.

 

     El Alma vuelve a su origen, la Consciencia, para expandirla más.

     Puede regresar a esta dimensión física/material para aportar algo positivo o intervenir (sin alterar karma individual ni colectivo) desde otra dimensión más elevada: El Alma ya es sabia: orienta e inspira; nunca impone ni adoctrina. Los “Guías espirituales” pueden ser almas sabias o Espíritus de otras dimensiones que nunca han experimentado como seres humanos. También podemos ser nosotros mismos, pues somos seres multidimensionales.

 

2-EL MÁS ALLÁ (OTRAS DIMENSIONES/ NO FÍSICAS)=

 

        No hay Espacio/Tiempo. Origen ni Fin. La Consciencia (o Espíritu) es multidimensional.

        Hay varias dimensiones (niveles de consciencia) con sus propios planos; empezando por el mundo Astral. El Espíritu (o Consciencia) es atraído hacia aquellas consciencias que vibran en una frecuencia similar. Se recrean personajes, entornos, etc…Falsa idea de “Dios/Dioses” u otros condicionamientos humanos. Reencuentro con seres conocidos o “grupos de almas” (afines): de vidas pasadas en mundos físicos, de otras dimensiones o incluso almas de seres que todavía están reencarnados en la Tierra. Dependiendo del nivel evolutivo del Espíritu, éste vuelve a una dimensión física/material, permanece en un plano determinado o avanza hacia otra dimensión más elevada.

                  

 CONEXIONES entre AMBAS REALIDADES:

El Alma conecta con nuestra Consciencia, se eleva su frecuencia vibratoria según distintas experiencias  y niveles:

 

1-Sueños/Viajes Astrales (podemos conocer a otras almas terrestres“de vacaciones”).

2-Premoniciones.

3-Meditación.

4-Estados imprevistos de vigilia en los cuales se agudiza esa percepción. Déjà vu, sensaciones extrañas, percepciones súbitas, visiones de otros seres, etc…

5-Recuerdos de Vidas Pasadas, o futuras, en éste u otros mundos. ETC…

 

ALGUNAS REFLEXIONES:

       

      La CONFIANZA es Poder interno, no Fe ciega; el antídoto de la duda escéptica y desertizante, como diría Ramiro Calle. Creer en uno mismo, pese a las adversidades e ir a contracorriente. Se puede ser un rebelde sin causar conflicto ni que lo externo ocasione conflicto en nosotros. No me baso en ningún sistema de creencias, en ningún dogma, ni gurú ni religión ni asociación o ideología concreta; me baso en laSABIDURÍA, el camino más arduo y difícil, pero el sendero que conduce a la Verdad, sin intermediarios, ni artificios. El camino de la auténtica libertad, esta palabra que muchas bocas vociferan pero que la mayoría teme en el fondo porque entraña responsabilidad, y desprenderse de los condicionamientos y patrones a los que el ser humano está sometido.

         Y el verdadero AMOR es el que habita a la luz de la Sabiduría, el que diseña alas de libertad, el que realmente perdura. Empezando por amarse a uno mismo, más allá del ego. Hablo del amor más condicional y expansivo: libre del afán de posesividad y acentuadas predilecciones, capaz de vencer el odio y disipar las rencillas y fricciones. Un amor mucho menos egocéntrico y por consiguiente, menos egoísta; de ser a ser, no de ego a ego. Un amor que no se sustenta en los celos, el ansia de poseer, las exigencias, expectativas y reproches. Y este amor, el puro, da como resultado la comprensión la benevolencia, el perdón, la tolerancia y la alegría de vivir sin esperar recompensas externas. 

         La Sabiduría no es únicamente lucidez mental e intuición, sino también el sentimiento noble y de amor incondicional. Y a ello se vincula la ECUANIMIDAD, que nunca es resignación fatalista. Decía el maestro budista Santideva: > Si tiene remedio, remédialo; si no lo tiene, acéptalo>. Se trata de mantener una actitud equilibrada. Cierto yogui de la India le comentó a Ramiro Calle: < Cuando no puedo controlar una situación en el exterior, aprendo a controlar mi actitud ante la misma>. Un trabajo interior que yo mismo elaboro con progresivos niveles de mejora, pues la tendencia de mi personalidad es reaccionar de manera quijotesca en plan "Robin Hood" cuando considero que algo es injusto. Y, en consecuencia, mi propio ego me insta, a veces, a comportamientos agresivos en los cuales suelo parecer una suerte de anacrónico caballero andante defendiendo causas que hoy en día no son habituales o, en cierta medida, no abundan entre los códigos éticos de la sociedad. Practico pues (y la meditación ayuda) ese "mirar inafectado" (que no es insensibilidad o indiferencia) de una persona ecuánime, mediante el ánimo firme y equilibrado más la capacidad de mantener la serenidad ante las fluctuantes circunstancias y acontecimientos de nuestra realidad tangible. 

        ¡Ah! y qué hermoso es cuando, en el momento más inesperado, aflora desde mi templo interior la DICHA. Ese estado ajeno a las influencias o situaciones externas. A veces, producto de un súbito destello de lucidez espiritual; a veces, fruto de la simple abstracción o de contemplar, por ejemplo, la inocencia de un niño jugando en el parque. Y, como me enseñaron dos maestros de meditación en Nepal, nuestro mayor enemigo está en la MENTE. Cuando ésta, en cambio, se equilibra, se vuelve la mejor aliada. Y tanto el sosiego como la claridad de nuestra mente, originan la ecuanimidad. Cuando uno no se deja atrapar por un extremo ni por otro. Y más profunda lucidez se haya al conseguir domar el aspecto binario de la mente para llegar a trascender la dualidad. El primer paso, o uno de ellos, es conocer la DUALIDAD...Luz-sombra, blanco-negro, alegre-triste...Todo es transitorio, incluida la felicidad que, al contrario que la dicha, depende de algo o alguien externo a nuestro ser. Pongamos por ejemplo la astrología: tanto el signo solar como el ascendente, forman parte de una polaridad. Así pues, si nací un 3 de abril siendo Aries y tengo ascendente Virgo, deberé considerar que igualmente poseo las cualidades y defectos (todo dependerá de nuestro grado de evolución kármica) de sus "otras caras": Libra y Piscis. Los signos polares son complementarios y al mismo tiempo tienen aspectos en común. Observemos todo bajo el control de la ecuanimidad. Cuando permaneces ecuánime, se van resolviendo, agotando energéticamente, lo que los indios denominan "samskaras" (impulsos, latencias subliminales) y "vasanas" (tendencias), esos inquisidores condicionamientos que nuestra alma arrastra de esta misma vida presente o de otras previas. Podríamos definir a la Dicha como una felicidad interna; no la que se asienta en el exterior (tener, acumular, lograr, conquistar) sino en nuestro templo interno, bien aseado y reluciente, tarea que requiere de muchas vidas. Buda impartía una enseñanza propia llamada Dharma. El Dharma no es una filosofía, una metafísica ni una religión sino la sabiduría práctica para alcanzar la evolución consciente; el método de progreso espiritual para nuestra alma, ese vehículo de la Consciencia (Infinita) donde no somos seres con identidades concretas sino Espíritus que moran en el no-espacio, no-tiempo. Y para ello, es preciso amaestrar debidamente a nuestra mente.

         Imagínate a la mente como una casa de dos plantas y un sótano. ¿Lo visualizas? Bien, pues en el sótano reside el subconsciente, el trasfondo de la consciencia. Un lugar de varios niveles donde guardamos el depósito de nuestras impresiones, impulsos, vivencias, hábitos, asociaciones, recuerdos, tendencias, emociones y experiencias pasadas. Aquí están los vasanas y samkaras, representando el residuo cuyo resultado son la herencia, las impresiones recibidas a lo largo de nuestra existencia y, para hindúes y budistas, la impresiones acumuladas de vidas anteriores. La planta baja es la Consciencia de nuestra identidad, del Yo, del alma en un cuerpo, y , a veces, mantiene una tensa contienda con los variados componentes del sótano. El conocimiento de todo lo exterior al individuo. Aqui tenemos a la mente racional con sus analogías, comparaciones, deducciones e interferencias. Es el conocimiento intelectual, el pensamiento binario con sus pares de opuestos-complementarios. En la planta superior está la Supraconsciencia, que traducimos como la visión más amplia y libre, nuestro puente hacia la esencia, hacia lo que trasciende nuestra realidad tangible. Tambien puedes imaginar un proceso similar, mediante el sistema de los chakras principales, imaginando un piso de 7 plantas. Aquí profundizaríamos más en las EMOCIONES. En la lengua pali (idioma popular en el que hablaba Buda prescindiendo del elitista sánscrito), entendemos por "kilesas" a las emociones aflictivas, los tormentos de nuestra mente, como la codicia, envidia, odio, ira o miedo. El grado más sutil de kilesas son aquellas impurezas o tendencias aflictivas latentes; las que anidan en nuestro interior sin reconocerlas y un día, de repente, afloran cual tornados de negatividad. qué típico es, por ejemplo, aquello de "parecía buena persona" cuando alguien se refiere a un vecino que acaba de cometer un cruel asesinato...Lo vemos frecuentemente en las noticias.

         Pero tal vez te preguntes, ¿qué es la mente? En un sentido budista no se refiere únicamente al cerebro o al intelecto. Significa consciencia (desde un punto de vista terrenal); la facultad de conocer o lo que conoce un objeto además de todos aquellos estados mentales y emocionales asociados con ese conocer. Mente y conocer son, pues, la misma cosa, en el contexto meditativo pues la meditación es un elemento fundamental del budismo, ya se interprete desde el prisma "filosófico-espiritual" o del mero Dharma, o desde el religioso, con todos sus dogmas y rituales. La causas del SUFRIMIENTO vienen dadas por nuestras kilesas. 

            ¿Y qué es el EGO? Pues sencillamente la idea del Quién soy. Una forma mental sostenida por las creencias, opiniones, ciertas emociones, reacciones y modos de ser que constantemente hacen referencia a mi/tu Historia, eso que has vivido en esta dimensión física, en este mundo material. Y es el ego quien nos impide conocer nuestra verdadera naturaleza, reconocer en nosotros el Yo Soy

              A medida que la mente se apacigua y el silencio ocupa el lugar donde antes había ruido mental (esa mente insaciable e impertinente con todo su parloteo), conduce a la paz y quietud sustiuyendo a la turbulencia y el desasosiego. Una poesía de Li Po del siglo VIII nos ilustra este asunto:

< Nos sentamos juntos, la montaña y yo,

hasta que solamente queda la montaña>.

             ¿Bonito, verdad? En cuanto transmutamos la densidad que acumulamos dentro, cuando nuestro templo está descuidado, ya sea en forma de viejo sufrimiento o de sufrimiento momentáneo (físico o psíquico), la conciencia, la vida que estaba recluida en esa forma, se libera y se manifiesta, apareciendo la vitalidad y la alegría. Por eso, el auténtico maestro (un ser de elevado nivel evolutivo que no impone, juzga ni castiga, sino que orienta), está más cerca de una personalidad alegre, espontánea y enérgica, que la del tipo serio y hermético que aparenta una riqueza interior cuando lo que hay dentro de su alma es un templo tapiado por el miedo y cuyo patio interior está presidido por la ignorancia y el afán de perpetuar el ego. Tampoco debemos permitir al Ego alimentarse con el sufrimiento. Cada vez que contemplemos la manifestación de cualquier aspecto del sufrimiento (las cosas van mal; he fracasado, todo es culpa de tal persona o situación...), aceptémoslo y venzámoslo considerando lo que realmente es: una nube que pasa.

           Las nubes que vagan por el cielo carecen de raíces, de hogar; tampoco los tienen los distintos pensamientos que flotan constantemente en nuestra mente, como reza la canción del maestro Tilopa. Es recomendsble aflojar nuestro cuerpo como un bambú hueco y desahogarnos; ni dando ni tomando, descansando la mente. He aquí pues una invitación para tomarnos unos minutos de meditación. ¿Acaso podemos lanzar el lazo a una nube y atarla como si fuésemos un vaquero del Far West? Pues identificarse con un pensamiento o emoción como si eso fueras tú, es igual que pretender atar a una nube. 

            ¿Y qué es la ILUMINACIÓN? ¡Pues la libertad de ser finalmente quienes somos de verdad! El estado de serenidad que experimentamos cuando el inquisitivo flujo de pensamientos se calma. El espacio que de repente sentimos que se expande, cuando el tornado arrogante del pensamiento, que dirige y juzga continuamente, deja paso a la armonía y la unidad del silencio. Entonces, se abandona la identidad con el Ego, el Quien soy, y nuestro nivel de frecuencia conecta con los mundos intangibles, se aproxima uno a su Esencia o Consciencia sino la alcanza ya definitivamente. 

          Sin embargo, la gran mayoría de almas de este mundo terrenal están demasiado apegadas a sus condicionamientos humanos, como el DESEO. En el budismo, hay dos tipos de deseo: el de querer algo (asociado a la codicia) y el de motivación (que puede ir acompañado tanto de factores positivos como negativos). En lengua pali, el Tanha es el deseo ansioso: desear, querer, ansiar, aferrar. La fuerza impulsora del Samsara (ciclo de muerte y renacimientos), que funciona a un nivel muy profundo de nuestra conciencia humana. Nos quedamos hechizados por la apariencia, como cuando yo hago ese truquito de magia haciendo desaparecer un pañuelito entre mis manos. El Tanha también nos exhorta a quedar seducidos por la sensación placentera que va unida al deseo. No vemos con claridad la verdadera naturaleza de los fenómenos, su transitoriedad y su carencia de entidad. Chanda, por otro lado, es el deseo de hacer. El mismísimo Buda, antes de la Iluminación tuvo ese deseo de liberación que le motivó durante incontables vidas de práctica. Chanda refiere a la energía de la motivación por conseguir algo, en este caso asociada a la fe en uno mismo (el propio Buda rechazaba la religión hinduista de su entorno siendo atacado por ello, pues todo místico o buscador de Sabiduría, es, en un momento u otro de su periplo kármico, un personaje rebelde, un revolucionario del espíritu, un ser solitario incomprendido y criticado por la masa ignorante, tan cómoda dentro de su círculo vicioso de patrones y condicionamientos), la compasión y, en definitiva, la Sabiduría.

         Cada individuo, si posee voluntad y facultades adecuadas para progresar espiritualmente, tiene su propio camino y, a través de su odisea transformadora, es muy posible que cometa diversos errores y se pierda en senderos equivocados. Pero su perseverancia y actitud positiva, tarde o temprano, le aportarán los resultados más óptimos e irá evolucionando; en consecuencia, su luz de sabiduría, también reflejada en un carácter empático vestido de natural simpatía,  generosidad y honestidad, alcanzará a las almas más receptivas. Me cuesta no hacer mención del protagonista de una de mis novelas (basada en un caso real...) y películas favoritas, que cita aquella máxima de sabiduría india sobre el filo de la navaja...En efecto, inclinarse por el camino de la espiritualidad, con la mente abierta, ajeno a todo dogma, implica transitar a través del filo de una navaja. Uno se siente incomprendido por su entorno, pero llega a no afectarle, pues hay dicha en su templo interior y es comprensivo con la ignorancia y el miedo que aquejan a la mayoría de seres humanos. Él o ella posiblemente también hayan pasado por sectas, religiones, cultos, etcétera, y/o por el escepticismo más cerrado, por el dogmatismo racionalista o cientifista que niega todo aquello que no es aparentemente tangible o comprobable. Y las personas giran como peonzas sin rumbo de un extremo al otro: de la Creencia a la Negación, excluyendo la Sabiduría puesto que ésta comporta búsqueda personal, responsabilidad, exploración del ser interior sin la manipuladora intervención del ego. 

        Pese a que mi nivel seguramente no será demasiado elevado, empecé a sentir que debía seguir un camino espiritual hacia finales de los 90'. De hecho, esa espiritualidad ya residía en mi templo interior, solo que estaba latente, dormido...¡La sabiduría se había tomado una merecida siesta!, quizás de varias vidas. Y, claro, dado que el concepto "viaje" está muy asociado a mi alma, esa motivación espiritual afloró a causa de mi primer viaje en solitario, impulsado por mi tendencia kármica hacia la aventura. Empezaría a desnudar mi psique, a conocer mejor a Jordi Guasch, a intentar controlarlo lo mejor posible y extraer de él lo más positivo. Continúo en ello y considero, que cuando alguien apuesta por el autoconocimiento, hallar un sentido a la vida y acercase lo máximo que se pueda a la Sabiduría, no hay marcha atrás y ello es prioridad. Y lo espiritual abarca muchas cosas, y es un concepto que exige la puesta en práctica diaria. Obviamente, soy consciente de mis propias kilesas, de mis samkaras y vasanas. No deben ser muchos, pero hay que eliminarlos. Y no en plan tajante como cuando Rambo dispara a un pelotón entero de guerrilleros, sino de manera comprensiva, natural, hasta que se desvanezcan por sí solos. 

      

¿QUÉ SOMOS  Lo fundamental, MUY resumidamente....

 

Somos CONSCIENCIA (o ESPÍRITU), tal es nuestra verdadera naturaleza; la no-dualidad. Consciencia que se expande continuamente y que en nuestro plano terrenal adquiere una percepción de individualidad. ¿ Y cómo? Pues mediante el vehículo que utiliza, más denso: el ALMA. Al expandirse en la diversidad, la consciencia utiliza distintos vehículos (almas). Es como un conductor que necesita de un coche (vehículo álmico) para vivir las experiencias de las dimensiones físicas o materiales. Este coche (Alma) tiene que encarnar en un cuerpo humano, entrando en el terreno de las individualidades. Entonces, utiliza el CUERPO HUMANO, que se compone de: YO FÍSICO, MENTAL y EMOCIONAL. El Alma sigue siendo una identidad aunque no una individualidad física, sino espiritual. 

          La Consciencia (Espíritu) es siempre él/ella/ello-eso, sin cambios. Cuando su vehículo (Alma) vuelve a la fuente (la propia Consciencia), el cuerpo físico-emociona-mental acaba desapareciendo. Al no existir individualidad en el plano del Espíritu, todo aquello que nutre al Alma no nutre tan solo a un ente individual, sino a la misma Consciencia, y al conjunto de lo existente.

         ¿Cuál es la diferencia entre Consciencia y Mente? La mente es enjuiciadora; es la que habla de bueno y malo, blanco y negro, bien y mal, lo que nos gusta y lo que no. Se alimenta de la dualidad. Sin embargo, la Consciencia no enjuicia la vida, simplemente la refleja; vida y consciencia son lo mismo. Hay ausencia total de opiniones, juicios, criterios o preferencias. 

        ¿Qué pasa cuándo desencarnamos?  Cada uno va al plano que le corresponde según su estado de conciencia, su nivel. El Cuerpo (en el que radica la mente y la memoria) no vivió las existencias previas. Desaparece. El Espíritu (Consciencia; nuestra esencia, la vibración pura) está más allá del tiempo y del recuerdo. Por eso, los antiguos griegos, por ejemplo, creían que tras la muerte física las almas tenían que beber del río Lete (Leteo), uno de los del Hades (inframundo)de forma que no recordasen sus vidas pasadas al volver a reencarnar. ¿Te imaginas acordarte de todas tus vidas anteriores? ¡Sería insoportable para el cuerpo mental y emocional! No obstante, cuando recordamos algunas,  sean fragmentos tan solo o con mayor detallismo (como sucede durante las Regresiones, por ejemplo), el Alma lleva a cabo una especie de rememoración selectiva y activa exclusivamente aquellos componentes y recuerdos precisos, útiles, para las experiencias concienciales que, en libre albedrío, nos toca vivir en el presente. Digamos que accedemos a una parte del disco duro de nuestra Consciencia mediante unos archivos activos (consultables, utilizables), en tanto que otros permanecen ocultos (no son accesibles). Sin embargo, cuanto más evolucionada está un alma, mayor es su asimilación respecto a ello y puede rescatar elementos del pasado kármico sin que ello le afecte negativamente. Los sueños supone un canal habitual para desempolvar secuencias o mensajes de otras existencias. 

       Al abandonar la existencia terrenal somos atraídos hacia un estado del ser donde todos piensan, se comportan y viven como tú. Yo mismo, hace años, tuve una experiencia astral donde visité un "espacio" (en el Más Allá se trata de estados de conciencia...) donde ciertas almas muy apegadas a determinados dogmas y que yo mismo conocí en mi última reencarnación, habitaban en el mismo escenario religioso de esa vida terrenal. Las almas similares siempre gravitan las unas hacia las otras. Por ejemplo, tras desencarnar, almas poco evolucionadas acceden a moradas moldeadas con sus actitudes mentales negativas o la oscuridad de su ignorancia espiritual. Cuanto más evolucionada está el ama, más evita pasar por los diferentes planos de la dimensión astral, aunque los hay maravillosos, imposibles de describir en cuanto a belleza, paz y felicidad. Unas almas reencarnarán de nuevo en la Tierra o lo harán en otros planetas o dimensiones materiales, densas. ¿Motivos? El progreso espiritual como almas, como seres físicos con sus elementos mental y emocional; o sencillamente el anhelo de aportar su sabiduría, dado que en este caso se trata de almas que ya han alcanzado un elevado nivel consciencial dentro, claro está, de esta realidad física limitada por el espacio-tiempo. En cambio, otras almas se fundirán con su esencia (Consciencia/Espíritu) para no reencarnar y conectar con estadios supremos ajenos a la densidad vibracional de las dimensiones físicas como la nuestra. 

      De hecho, SOMOS SERES MULTIDIMENSIONALES...El "conductor" está en muchos planos a la vez. Pongamos por ejemplo la teoría de las supercuerdas del Big Bang: simbólicamente, hay una piedra que cae al agua y a partir de la cual se comienza a expandir la Consciencia, la Creación. La Consciencia se expande inevitablemente, continuamente, porque no puede evitarlo, no porque necesite hacerlo. Puedes denominar "dios" a la piedra o a quien-lo tira. A mí, particularmente, se me antoja errónea la creencia en semejante entidad pues, fuera de las interesadas interpretaciones que se han formado en torno a este concepto (que si es una "energía", que si es "una esencia dentro de ti", etc..) aunque legítimas y respetables (como la propia creencia en dios), Dios realmente es una entidad universal y eterna creadora, sustentadora y rectora del universo. Es pues "alguien", una entidad concreta, y por consiguiente,el budismo y la verdadera Sabiduría (exenta de condicionamientos y libre de los patrones establecidos) no conciben la existencia de este personaje. Si tú consideras, como los budistas y sabios espirituales que Dios no existe, que es una invención del ser humano, contempla a la piedra como algo cíclico vinculada a la idea de que la existencia es infinita; no hay comienzo ni final. En cualquier caso, con dios o sin él, imagínate que la piedra cae, o es lanzada, al agua. Eso ocasionará que se formen círculos concéntricos. Son las dimensiones, que, con el símil de los círculos, cada una tendrá su propia frecuencia o banda vibracional. Dado que todo evoluciona desde dentro hacia fuera (sólo la Mente puede creer que ocurre al revés) el primer círculo concéntrico estaría vibrando en una frecuencia elevadísima. Y así iría decreciendo, hasta llegar a la última frecuencia vibracional, la más densa, que es en la dimensión donde tú y yo nos encontramos; o, como seres multidimensionales, aquella con la que estamos conectando conciencialmente, pues cuando el "conductor" está en el plano humano, inevitablemente se encuentra en todos los planos...

       Y aquí surge una pregunta: ¿PODEMOS COMUNICARNOS CON OTRAS DIMENSIONES desde la nuestra, tan densa? 

        Sin duda, y dependerá de distintos factores. Según estudiosos del tema, y experimentados en ello, como Emilio Carrillo, lo que muy bien puede acontecer es que estemos teniendo comunicación con nuestro YO MULTIDIMENSIONAL. Nos estaríamos comunicando con nosotros mismos pero no en el plano físico-mental-emocional (el "coche", los componentes del Alma) sino en aquello que atañe al Espíritu (Consciencia, que es infinita, no dual y multidimensional), el "conductor". Así pues, desde una óptima cristiana, el "Ángel de la Guarda" seríamos nosotros mismos desde otro plano dimensional más elevado. Yo no descarto que además, obviamente, existan guías astrales o espirituales, o espíritus de seres queridos, que contacten con nosotros e incluso nos ayuden de un podo u otro.

       ¡SOBRE LA MUERTE! Muy resumida-muerte...

 

                 En nuestra acelerada y esquizofrénica sociedad occidental se ESCONDE a la muerte, se la teme y se han perpetuado estupideces como "espero que no sufriese al morir", propias de laIGNORANCIA que existe sobre este asunto. Se entierra a la gente en cementerios como si su alma o espíritu yacieran allí...¡Menudo espacio más desaprovechado es el Camposanto! Y también se tiende a enmascarar el temor a morir con tópicos del tipo "yo vivo al día, para qué pensar en la muerte"...Pues YO PIENSO EN LA MUERTE desde que era niño casi cada día; pero no como algo a temer, sino como un fenómeno propia de nuestra naturaleza..y que ya he experimentado en innumerables ocasiones...

                No se trata de obsesionarse con la muerte física (un mero tránsito hacia otra dimensión), pero sí de no olvidar que este momento acontecerá. 

                El periodista de la BBC Eric Weiber viajó a Bután para descubrir por qué es el país con mayor índice de FELICIDAD. Al poco de llegar se encontró mal y acudió a un médico. Éste le dijo:

-No pasa nada. Solo tienes un ataque de pánico. La solución es dedicar 5 minutos diarios a meditar sobre la muerte. La gente rica de occidente no habéis tocado cuerpos muertos, ni heridos, ni cosas podridas. En general, no estáis preparados para dejar de existir.

               En 2007, un estudio de la Universidad de Kentucky dividió a varias docenas de estudiantes en dos grupos: uno, para que pensaran en una dolorosa visita al dentista. Otro, para que pensaran directamente en la muerte. Acto seguido, debían completar palabras inacabadas.

              Al finalizar semejante experimento, el grupo de "pensar en la muerte" escogía conceptos mucho más alegres que el otro grupo (dentista). Conclusión de los expertos: Cuando te obligas a pensar e la muerte, la mente lo compensa ofreciendo alternativas felices. Yo, precisamente, estoy sometiéndome a delicados tratamientos odontológicos y ya el primer día recibí al médico en la camilla con mi nariz de payaso...

              La escritora Laura Leaning publicó un libro sobre la Felicidad yendo también a Bután. Lo que descubrió es que pensando en la muerte no se deprimía, sino que se estimulaba para disfrutar más del momento.

              VIDA y MUERTE son las dos caras de una misma moneda. No es posible vivir una vida de plenitud sin ocultamos en la recámara el miedo a la muerte. La vida plena no puede lograrse basándose en el miedo. Hay que mirarla a la cara reconociendo que la muerte no existe pues es un mero tránsito dentro de la vida eterna, del ser multidimensional que somos. De este modo, hallaremos la serenidad adecuada y podremos vivir realmente.

               Leí un libro hace tiempo donde el Dalai Lama dijo:

<Cada día me preparo para la muerte. Para nosotros, los budistas, la muerte es algo completamente natural, un fenómeno que forma parte del ciclo de la existencia, el samsara (ciclo de muertes y renacimientos). La muerte no es el final, es algo familiar que aceptamos prácticamente por instinto y a la que no tenemos que temer. Yo me imagino el morir como cambiar la ropa usada por otra nuva. DE hecho, podría ser algo maravilloso. Durante mi propia meditación pienso 8 veces al día en la muerte. Hago pasar mentalmente las fases respectivas del proceso de morir>.

             Nietsche opinaba que pensar en el suicidio le consolaba y ayudaba a pasar bien más de una mala noche. Tampoco hace falta llegar a eso y ya sabemos de los problemas mentales que afectaron, en cierta medida, a este célebre pensador. En esta sociedad hedonista y donde la vanidad se retrata en todos los medios sociales, la gente desea vivir muchos años y con el aspecto físico más jóven "y retocado" posible. Nada tengo en contra de embellecerse físicamente si a uno le place, pero suele ocurrir que esas mismas personas llevan una existencia sujeta a lo banal, lo superficial y a los patrones y condicionamientos que imponen esta sociedad racional, materialista y que rinde culto al cuerpo. En la Antigua Grecia, Friné era una bella hetaira a quien el mayor escultor de su época le dedicó una hermosa obra. Pero aquella mujer no sólo era bella sino culta e interesada por el conocimiento. Más aún lo fue Hipatia de alejandría, que incluso siendo tan hermosa, se centraba en la Sabiduría y no en su cuerpo. La famosa cortesana (puta de lujo) Ninon de Lenclós, que incluso con 70 años elegía a sus clientes (de la Iglesia, realeza y nobleza), legó una enome biblioteca a un jóven Voltaire (quien , pese a ser adalid del racionalismo, admitía que era igualmente natural nacer una vez que dos...o más). Una de las pruebas a las que nos somete el karma es el físico con el cual nacemos que, en función del currículum de vidas pasadas y el propósito en la siguiente, se ajusta a una configuración genética determinada. Y el cuerpo físico es efímero, un envoltorio que debe servirnos para mejorar como almas, para nuestro progreso espiritual; lo cual no descarta, ni mucho menos, poder disfrutar de las ventajas de nuestro cuerpo físico.

            He conocido a mucha gente a quien le aterra morir y gran parte de ellas lo "disimulan" con el apego a los deseos, sean materiales, sexuales, de índole psicológica, etc. Yo no temo a mi propia muerte y, a lo largo de mis viajes, he estado expuesto de forma consciente y directa a ellos; especialmente en el último, aventurándome por Nepal. Vivamos con valentía, en el presente y no por el presente. Pero, ¿conoces acaso a alguien que, por ejemplo, no tema expresarse con absoluta sinceridad en los asuntos denominados "más íntimos" y sin miedo a que estos alcancen a desconocidos? Pues éste es uno de los miedos comunes que, inconscientemente, se vinculan al temor a morir. Y mientras no nos liberemos de nuestro propio encadenamiento a los patrones de este tipo, continuaremos viviendo "a medias" y repitiendo los mismos esquemas mentales en posteriores encarnaciones terrenales...

 

 

JORDI GUASCH. spritermes@gmail.com